Derribos en la zona de la antigua fuente -Foto Asturias Verde-
Crónica del día
La Autoridad Portuaria de Gijón lleva sus escavadoras al alto de Aboño, y comienza los derribos sin que tenga licencia municipal para ello y ante la oposición de los vecinos. Las escavadoras se han llevado por delante una antigua casa de piedra de estilo mariñan. Se trata de un estilo de arquitectura popular típico de los campesinos-pescadores que habitaban la costa asturiana. También se ha destruido una fuente pública y se ha salvado por los pelos la escultura dedicada a La Chata, que era el mote que recibió la Infanta Isabel, una princesa que visitó el concejo de Carreño y el Alto de Aboño en 1915; ya que por dicho lugar pasa uno de los caminos más antiguos del concejo y que forma parte del camino costero de Santiago.
La destrucción se ha paralizado y el Ayuntamiento de Carreño anuncia que estudia emprender acciones legales. Por su parte la Autoridad Portuaria de Gijón alega que, al menos, la casa derribada era de su propiedad. Lo que no disculpa para no contar con las correspondientes licencias municipales, más aún si tenemos en cuenta que el Ayuntamiento de Carreño está representado en el Consejo de Administración del Puerto de Gijón. Nuevamente se demuestra que lo de los Consejos, la información pública y la participación de los vecinos del entorno del Puerto Gijón es algo que queda muy bonito en los discursos; pero la realidad resulta ser muy distinta.
Video crónica
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La Autoridad Portuaria de Gijón lleva sus escavadoras al alto de Aboño, y comienza los derribos sin que tenga licencia municipal para ello y ante la oposición de los vecinos. Las escavadoras se han llevado por delante una antigua casa de piedra de estilo mariñan. Se trata de un estilo de arquitectura popular típico de los campesinos-pescadores que habitaban la costa asturiana. También se ha destruido una fuente pública y se ha salvado por los pelos la escultura dedicada a La Chata, que era el mote que recibió la Infanta Isabel, una princesa que visitó el concejo de Carreño y el Alto de Aboño en 1915; ya que por dicho lugar pasa uno de los caminos más antiguos del concejo y que forma parte del camino costero de Santiago.
La destrucción se ha paralizado y el Ayuntamiento de Carreño anuncia que estudia emprender acciones legales. Por su parte la Autoridad Portuaria de Gijón alega que, al menos, la casa derribada era de su propiedad. Lo que no disculpa para no contar con las correspondientes licencias municipales, más aún si tenemos en cuenta que el Ayuntamiento de Carreño está representado en el Consejo de Administración del Puerto de Gijón. Nuevamente se demuestra que lo de los Consejos, la información pública y la participación de los vecinos del entorno del Puerto Gijón es algo que queda muy bonito en los discursos; pero la realidad resulta ser muy distinta.
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